Rol o Barbarie es mucho más que un grupo creativo; somos un colectivo apasionado que se originó en la creación del juego de rol en solitario W. Nuestra conexión fue instantánea, alimentada por la química única que surge cuando individuos con mentes creativas y ansias de innovar se encuentran. Impulsados por la pasión por la creación de juegos y la exploración de nuevas ideas, decidimos formalizar nuestra colaboración y darle un nombre a este grupo de amigocidos: ¡Rol o Barbarie!
Nos caracterizamos por la diversidad de talentos y disciplinas que cada miembro aporta al colectivo. Diseñadores de juegos, traductores, diseñadores gráficos, mentes creativas y en definitiva, amantes del rol. Estamos unidos por la convicción de que la creatividad es un viaje colectivo, donde cada perspectiva enriquece el proceso creativo, desarrollando juegos en equipo o enriqueciendo los proyectos individuales de cada uno, poniéndolos en común y contrastando ideas.
Nos gusta la exploración constante, desafiando convencionalismos e intentando no atarnos a corrientes y cuestionando tabúes, haciendo lo que nos guste o nos haga reír en cada momento. Ya sea que te sumerjas en nuestras creaciones o te unas a nosotros en la mesa de juego, te invitamos a ser parte de nuestra comunidad apasionada. Juntos, celebramos la diversidad de expresiones creativas del mundo rolero. Bienvenid@ a ¡Rol o Barbarie!
Integrantes
Aarón «Bardo» lleva jugando a rol desde que era un chavalín, y dirigiendo desde hace más de 30 años. Ahora que es un señor mayor, se ha convertido en un enfermizo rolófago y amante de la afición en todas sus formas, de los que abrazan todas las propuestas, sean cooperativos, solitarios o en grupo, PbtA, OSR, BoB, FitD y otros acrónimos generados por consonantes al azar.
Eterno aprendiz y experto en nada, vaca sagrada en el portal de su casa, y descreído aficionado al que le disgustan las figuras mesiánicas roleras y el gatekeeping, disfruta apilando libros de rol de todas las formas, colores y tamaños en pilas de lectura que antes o después acaban en enormes estanterías… que acabarán por sepultarle un día de estos. Puedo dejarlo cuando quiera, dice el muy iluso.